
Vuelo en este mundo. Navego mar adentro y despego nuevamente. Me sumerjo en los misterios del Cristo vivo entre nosotros. Acepto su invitación. Me toma de su mano. No me suelta, me acerca a su Padre en comunión con su Espíritu de Amor.
Si, nada es imposible. Nada en este mundo podrá enfrentar a mis ojos al Dios lejano con hijos ideales.
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Un abrazo.
Matías Néstor