jueves, 13 de agosto de 2009

Amor

Andar el camino, recorrerlo hasta conocerlo cual palma de mi propia mano. Vivir cada instante, vivirlo como Cristo en su cruz aquel último instante, santo y bendito instante, por el cual llegó la redención a mi vida de hombre sin dignidad de semejante elogio y dicha. Felicidad sentida en la entrañable profundidad de mi esencia, y amor, amor sobre todas las cosas, el Amor que proviene de lo alto, por medio del Hijo, en comunión con el Espíritu. Amor eterno, desmedido, vinculado a Su propio ser que sólo eso sabe hacer... amar.

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Matías Néstor