viernes, 21 de agosto de 2009

La tierna ovejita del rebaño

Indefensa por el mundo camina la tierna ovejita del rebaño. Anda los caminos, perdida, sin saber cuál será su destino. Acaricia las afueras de sus tierras que anhela, anhela ir a su encuentro, pero perdida está, la tierna ovejita del rebaño. Ya no sabe a dónde ir, nada es igual que la vida en sus pagos, nadie la acaricia como el pastor que custodia de sus hermanos.
Un día, caminando, ya cansada, ya sin fuerzas y destrozada, la ovejita sonrió. Sonrió, y con su sonrisa volvió la paz. Era él, su bondadoso pastor, quien fue a su encuentro, ¡y la encontró! Perdida estaba, la pobre tierna ovejita. Hoy sonríe, hoy resuena el canto de su amado en lo íntimo de su rebaño. ¡Hoy, dulce hoy!

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Un abrazo.
Matías Néstor