miércoles, 2 de junio de 2010

Sólo tuyo, Señor

Quiero ser sólo tuyo, Señor. Quiero que mi entrega sea absoluta. Quiero que me uses para lo que quieras. Rómpeme y hazme de nuevo, a tu manera. Eso será lo mejor. Quiero ser santo, ese es mi único deseo. Quiero que todo siga siendo difícil, porque vos me enseñaste que de las dificultades se sale ganando. Quiero poder reírme de las insignificancias de las vidas. Y quiero contagiar esa sonrisa, para que nadie se pueda “curar” jamás de ella. Quiero merecerme el título de hijo tuyo. Quiero mantener siempre esta fe, porque sé que sea cual sea su tamaño, es un regalo tuyo que cuidaré como mi tesoro más grande. Es el amor lo que me mueve hacia Ti. Que no lo olvide nunca. Así sea.

Viernes 29 de septiembre de 2006

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Matías Néstor