lunes, 11 de octubre de 2010

Ese tiempo...

Las insignificancias de los tiempos pronto acabarán.
La eternidad se encarnará por siempre jamás.
Jesucristo, el Ungido, sus alas abrirá.
Nuestra Madre, María, como el sol y la luna brillará.

Ese tiempo... tiempo que no es ni será tiempo,
ese tiempo ya es hoy, es hoy en el seno del mismísimo Dios.
¡Gloria, gloria, gloria al Creador,
a Jesucristo, su Hijo
y al Espíritu de Amor!

Amén. Así sea.