sábado, 4 de febrero de 2012

Reflexión con santo Tomás de Aquino

Dice el sabio de verdad: "Oré, y me fue dada la prudencia, supliqué, y descendió sobre mí el espíritu de la Sabiduría. La preferí a cetros y tronos, y tuve por nada las riquezas en comparación con ella" (Sab 7,7-8). Ojo: la sabiduría en serio se adquiere más en la oración que en los libros o en las aulas.

Oremos
Padre nuestro, concédenos, por intercesión de santo Tomás, hablar con inteligencia y que nuestros pensamientos sean dignos de los dones recibidos. Por Jesucristo, nuestro Señor.

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Matías Néstor